¿Qué es un PAE?
Un perro de apoyo emocional es mucho más que una mascota: es un compañero que ayuda a mejorar el bienestar psicológico y emocional de las personas que lo necesitan. Su principal función es ofrecer afecto, calma y compañía en momentos de ansiedad, estrés, depresión u otras dificultades emocionales.
A diferencia de los perros de asistencia —que reciben un entrenamiento específico para realizar tareas concretas— los perros de apoyo emocional no requieren adiestramiento especial. Su valor está en el vínculo afectivo que establecen con su dueño, generando sensación de seguridad y estabilidad en el día a día.
Entre los beneficios más destacados de contar con un perro de apoyo emocional se encuentran:
Reducción de la ansiedad y el estrés.
Acompañamiento frente a la soledad.
Fomento de rutinas saludables, como pasear al aire libre.
Mejora del estado de ánimo y sensación de pertenencia.
En algunos países, los perros de apoyo emocional cuentan con reconocimiento legal, lo que les permite acceder a ciertos derechos en vivienda o transporte. Sin embargo, estas regulaciones varían según cada lugar.
En definitiva, un perro de apoyo emocional es un aliado para la salud mental, capaz de aportar consuelo, compañía y cariño incondicional.